viernes, 22 de mayo de 2015

A LA MEMORIA DE JOSÉ IGNACIO BEITIA, PORTUGALUJO DE LA CULTURA.



El día de ayer falleció a la edad de 71 años José Ignacio Beitia, portugalujo ampliamente conocido en los círculos culturales euskaldunes.

José Ignacio había nacido en Bilbao en 1943. Durante su infancia y juventud vive  en Sestao, trasladándose posteriormente  a Portugalete donde residía desde hace décadas y donde había formado su familia. 

Dentro de su faceta profesional  cursó estudios de Banca, desempeñando diversos cargos dentro de la Caja Laboral entidad de la que estaba jubilado desde hace unos años.

Fue uno de los principales artífices  del Festival Internacional de Folklore de Portugalete así como organizador, recuperador y dinamizador de la cultura euskaldun desde la sociedad Elai Alai en la villa, organización de la que era miembro desde hacía más de medio siglo.

Fue director del Festival Internacional de Folklores entre 1972 y 1975, pasando posteriormente  a hacerse cargo de la tesorería, retomando nuevamente la dirección de este evento en 1988, fecha desde la que se mantiene al frente de este importante certamen cultural.

José Ignacio consiguió dar una imagen internacional a la villa de Portugalete, exportando el Festival Internacional a otras localidades de la geografía vasca y acercando a nuestra localidad a importantes personajes de las letras, cultura y las artes del momento.

Desde este blog quiero mandar un sentido pésame tanto a su familia como sus amigos y compañeros de la sociedad Elai Alai por esta irreparable pérdida.


domingo, 10 de mayo de 2015

PEDRO MADARIAGA REKALDE, EL PORTUGALUJO QUE SOBREVIVIÓ A 13 CAMPOS DE CONCENTRACIÓN DURANTE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL.



Este año diversos países europeos han realizado homenajes en recuerdo de todos aquellos ciudadanos y ciudadanas que padecieron los abusos del régimen nazi durante la segunda guerra mundial, realizando una especial mención a todos aquellos que fueron encerrados dentro de los diferentes campos de concentración a lo largo de toda la geografía europea.

Miles de personas fueron asesinados en estos centros de internamiento, salvándose en los últimos momentos de la contienda un grupo reducido, que bien gracias a la fortuna o a sus condiciones físicas, pudieron contar a sus descendientes el gran número de sufrimientos que padecieron durante su estancia en estos lugares de reclusión.

Durante la segunda guerra mundial varios portugalujos fueron apresados por las tropas alemanas siendo internados en campos de concentración.

Con toda seguridad en que más tiempo paso en estos centros de internamiento fue Pedro Madariaga Rekalde, nacido circunstancialmente en la localidad de Bermeo el 23 de octubre de 1903 (aunque parte de la familia era originario de esta villa pesquera en el momento de su nacimiento sus progenitores residían en Portugalete) residiendo durante toda su vida en la villa jarrillera.

Pedro realiza sus estudios en nuestra localidad, dedicándose en su mayoría de edad al mundo de la mar de manera profesional.

Tras el estallido de la guerra civil es movilizado junto con el resto de la población masculina capacitada para usar armas. Su destino es dentro de la Marina Auxiliar Vasca dependiente del Gobierno Vasco integrando la tripulación de una de las embarcaciones dependientes de esta institución.

El final de la contienda le coge en Portugalete, huyendo en los últimos instantes de la capitulación de la villa a borde de una lancha camino del exilio. Su huido no está carente de infinidad de riesgos, el primero de los mismos la precipitada salida del mismo de Portugalete en los mismos momentos en los que la localidad es tomada por las tropas franquistas, siendo ametrallada la embarcación en la que huye en dirección a Francia, concretamente desembarcará en Bayona.


En esas fechas tenía 34 años, estaba casado y tenía dos hijos, una chica de cinco años y un chico de nueve meses.

En el país vecino y tras un periplo de adaptación y después de trabajar en diversos oficios, se trasladará hasta Inglaterra, país donde  logra obtener un empleo como marino dentro de una compañía naviera.

En 1940 y mientras viajaba a bordo de un barco desde Lisboa con rumbo a Inglaterra es bombardeado en aguas francesas por fuerzas alemanas, ejercito que ya ocupaba todo el país vecino sin apenas resistencia.

Obligado a abandonar la nave y trasladarse a tierra a bordo de los botes salvavidas, Pedro es detenido junto con el resto de su tripulación, siendo confinado en un campo de concentración ubicado en Francia. Tras este primer campo vendrán más. Se le traslada a Austria donde será internado en un campo de prisiones formado en su mayor parte por marinos de distintas nacionalidades.

De este campo será trasladado por varios más hasta sumar un total de 13 campos de prisioneros, “residiendo”  en lugares tan temibles y famosos en el tiempo como Matchaussen, Bremen, Auschwitz o Dachau, permaneciendo en este último campo hasta la liberación del mismo por tropas americanas.

Pedro pasó por trece campos de concentración siendo trasladado en trenes destinados a ganado, con una alimentación paupérrima y sufriendo maltrato y torturas de manera continuada, sufriendo en carnes propias los desmanes de sus diferentes captores, siendo en el momento de la liberación uno de los pocos supervivientes que vivieron toda la guerra mundial prisionero de las tropas alemanas.

En el momento de la liberación del campo de concentración de Dachau, Pedro Madariaga medía 1,87 metros y pesaba 47 kg.

Viendo el estado en el que se encontraba el mismo fue trasladado hasta Francia por las tropas aliadas donde será ingresado en un sanatorio para su recuperación.

Tras mejorar de parte de sus dolencias se trasladará hasta Biarritz, localidad donde será acogido por un amigo de su padre durante una temporada. De esta localidad francesa se trasladará hasta Inglaterra, país en el que logra nacionalizarse.

En Inglaterra volverá a ejercer el oficio que había desempeñado durante toda su vida, el de marino.

Durante 12 años estará sin poder reunirse con su familia, el temor a la dictadura del general Franco y las posibles represalias contra el mismo por su participación en la guerra civil pensaron durante muchos años hasta dar el paso definitivo se volver y asentarse con los suyos en Portugalete.




Mientras Pedro estaba prisionero, su esposa, maestra de profesión, sacaba a delante a los hijos de la pareja.

Con el estigma en ciertos círculos de esposa de combatiente republicano, logró la plaza de maestra en la localidad cántabra de Silió.

Se dio la paradoja que mientras Pedro se encontraba prisionero de las tropas alemanas en uno de sus campos de concentración, su esposa se vio obligada a albergar a algunos miembros de la Wehrmacht en una visita realizada por oficiales del ejército alemán a la zona donde la misma desempeñaba sus funciones de maestra.

La esposa de Pedro, tras finalizar su labor docente en la localidad de Silió, fue profesora en diversas localidades, finalizando su carrera como maestra en el colegio Maestro Zubeldia de Portugalete.

Tras la reunificación de la familia, Pedro fallecería el 14 de enero de 1970. Pedro Madariaga Rekalde tuvo en vida el triste privilegio de ser uno de los pocos prisioneros capturados por las tropas alemanas que por más campos de concentración pasaron, que conocieron a los más célebres centros de internamiento que hoy se estudian en los libros de historia y que por lo tanto fue un testigo de primer orden de las atrocidades que se realizaron en esos campos de concentración durante la existencia de los mismos.

Esta entrada no solo quiero recordar la memoria de uno de nuestros convecinos, una memoria mantenida hasta nuestros días por sus seres más queridos conocedores como nadie del sufrimiento que llegó a padecer Pedro durante esos años en los que estuvo confinado en los campos de exterminio en condiciones extremas, si no también quiero reconocer la labor de su esposa, la compañera que supo sacar adelante y cuidar a los hijos de la pareja. Una labor difícil para una maestra esposa de un combatiente que defendió la legalidad republicana y que tras el exilio del mismo para salvar su vida, lucha en un ambiente marcado por una dictadura nacida tras una confrontación civil por sus hijos, la dignidad de su trabajo y llorando sola la ausencia de su compañero de viaje, ese ser querido que se encontraba en un lúgubre campo de exterminio hacinado junto a miles de presos de distintas nacionalidades.

A ambos en primer lugar y a sus hijos y nietos que todavía hoy en día mantiene el recuerdo de Pedro Madariaga Rekalde con el fin de dar a conocer su periplo durante cinco años y lo que a él le sucedió nunca más le vuelva a suceder a nadie, le dedico esta entrada.   

Agradecer así mismo los datos facilitados por los mismos, y que gracias a ellos, la vida de su antepasado puede ser conocida por todos los que de manera continua visitan este blog.

Junto a estas líneas y a modo de ilustración insertó una fotografía de Pedro Madariaga Rekalde tomada años después de su llegada a Portugalete, una imagen de uno de los libros registro del Campo de Concentración de Dachau en la que se puede apreciar el nombre de Pedro Madariaga, su lugar de nacimiento y otros datos del mismo como su domicilio en Portugalete antes de marcharse al exilio y finalmente una fotografía del momento de la liberación del campo de Dachau por las tropas americanas.   

Espero que la entrada guste y hasta la próxima.