miércoles, 1 de diciembre de 2010

LOS BOTEROS DE PORTUGALETE


Hoy traigo al blog un extracto de un trabajo realizado por el profesor universitario Francisco M. Vargas , facilitado por mi amigo Aurelio y que se puede leer completo en la red. El apartado que aquí se reproduce trata sobre los boteros portugalujos, un oficio centenario que ha pasado por todas las etapas de la industrialización y sus relaciones en el pasado con los pueblos de la margen derecha .

El trabajo fue publicado en la revista Zainak, Cuadernos de Antropología y Etnografía en su número 21 del año 2002. Como en otras ocasiones al final de la entrada aparece el enlace para poder leer este pormenorizado trabajo en su formato original, lo cual aconsejo debido a la calidad del mismo.

Espero que el mismo guste y hasta la próxima. Mando así mismo un fuerte abrazo a mi amigo Aurelio que lee este blog desde Bera.

El Barco de Pasaje a Portugalete.

Aunque no es precisamente un ejemplo de navegación en alta mar, o de cabotaje comercial, el barco de pasaje de la ría, que relacionaba las anteiglesias de la margen derecha con la Villa de Portugalete, tiene una importancia destacada en el ámbito de las relaciones comerciales y humanas que los naturales de Berango y Leioa mantenían con el exterior. La constancia de
este servicio es reiterada a lo largo de los siglos de vigencia del Antiguo Régimen, y debemos catalogar este medio de comunicación como de extrema importancia, al menos hasta la introducción de notables mejoras en la red viaría a partir del siglo XVIII, y la posterior aparición del ferrocarril que desde Bilbao recorría la margen derecha de la ría en la segunda mitad del siglo XIX.

Las relaciones de la villa de Portugalete con las anteiglesias de la ribera derecha del Nervión fueron particularmente tormentosas. En 1561 Getxo pleiteaba con Portugalete sobre la jurisdicción de las arenas del Gobelas, que causaban cuantiosos daños a la navegación, y en las que cada parte pedía que la otra realizase el desvío del río con el fin de evitar que sus sedimentos
alimentasen la llamada barra de Portugalete.




Estas diferencias se prolongaron hasta el siglo XVIII en que se realizaron numerosas mejoras por intermedio del Consulado de Bilbao. En 1579 eran ya cinco las anteiglesias enfrentadas con Portugalete, ya que a Getxo se añadían Berango, Erandio, Lejona, y Urdúliz, todas ellas pidieron a las autoridades que el alcalde de Portugalete que se había atrevido a salir a Tierra llana estando acusado criminalmente volviese a ser reducido a prisión, situación en que se encontraba hasta que el Corregidor lo liberó.

Esa conflictividad no impidió una relación fluída entre las anteiglesias y un Portugalete que irradiaba su influencia económica sobre los territorios vecinos. La villa atraía no sólo por las mercaderías que llegaban del exterior, sino también como mercado al que los vecinos de anteiglesias como las de Berango, Leioa, o Getxo, acudían con la finalidad de vender los excedentes de sus cosechas, o cabezas de ganado. Por ello, cinco anteiglesias de la margen derecha, se mancomunaron para mantener un barco de pasaje que comunicara ambas riberas.

El barco de pasaje a Portugalete, que funcionaba “desde muy antiguo”, continuaba una relación tradicional que existiría, sin duda, desde la fundación de la villa. Tal como muestran las cuentas municipales, al ser un bien per t eneciente a las tres anteiglesias de Berango, Getxo, y Leioa, el barco podía ser una fuente de ingresos. Sin embargo en el caso de Leioa no tenemos constancia de partidas de esa procedencia en el cargo, aunque sí se aprecian gastos con motivo del mantenimiento del citado barco, como demuestran los más de 800 reales aportados en 1750 para su mantenimiento. Por contra Berango recibió de Getxo y Leioa más de 900 reales, en 1751, en concepto de la par te que le correspondía por el barco de pasaje a Portugalete 1 7.


La explotación se efectuaba mediante público remate por el que los beneficiarios de la explotación se comprometían al pago de unas rentas a las anteiglesias, aunque en ocasiones las mismas debieron contratar asalariados para hacerse cargo del barco, tal parece indicar la cuenta de Berango de 1756 en que se anotan en la data 510 reales pagados a Lorenzo de Uríbarri
como “jornal del pasaje del tiempo que estuvo a cuenta de las tres repúblicas unidas”. Más común era el que particulares consiguieran el arriendo tras pujar en los citados remates. Estos pagarían unas rentas determinadas a las anteiglesias, asegurandose a cambio el cobro de tasas. Estas hacia 1754 consistirían en el pago de un celemín de trigo al año y por familia, a excepción de las viudas que carecían de bienes raíces que no pagaban nada. Más tarde, para principios del siglo XIX, sabemos que las condiciones de remate del barco de pasaje contemplaban que cada vecino de Getxo, Berango, y Leioa, menos viudos y solteros, pagase por derecho de cruce 1 almud de trigo al año. Los dueños de caballerías que pasasen pagarían 32 maravedís por las mismas, 16 mrs. pagarían las cabezas de ganado vacuno y de porcino adulto, mientras que para las menores de la última especie la tasa era de 8 maravedises18.



En 1754, además, surgieron de nuevo los problemas con Portugalete cuando la Villa consideró que debía reservarse para ella el servicio de paso entre ambas margenes de acuerdo con la Carta-Puebla medieval que le daba jurisdicción sobre la ría hasta Luchana. Por ello, a partir del día 29 de enero de aquel año, una lancha de Portugalete efectuó el servicio de pasaje del canal, rompiendo la costumbre que reservaba tal menester a las anteiglesias mancomunadas ya que se exigió a los vecinos de las mismas que iban a la Villa que retornasen en la lancha portugaluja, pagando un cuarto por viaje.

Naturalmente las anteiglesias expusieron que una Real Carta Ejecutoria les concedía desde antiguo el poner barco y nombrar barquero. Berango, en representación de las anteiglesias, pidió la suspensión del servicio inauguradopor Portugalete, y la sanción correspondiente para los responsables.

Pero finalmente Portugalete pudo continuar usando su lancha de pasaje, aunque dejando en libertad a quienes regresaban a la ribera derecha de escoger el barco de las anteiglesias. Con ello la situación quedó estabilizada hasta finales del siglo XIX, en que hacia 1880 aún se remataba en Getxo el barco de pasaje a Portugalete. La inauguración del Puente Colgante, en 1893, abrió una nueva vía de comunicación entre ambas orillas.



Sobre el tantas veces citado barco ha llegado hasta nosotros numerosa documentación que refleja pleitos, como el promovido en 1712 por Getxo contra las otras 4 anteiglesias, y en el que ya se apuntaba la insuficencia del barco de pasaje para cubrir la amplia demanda de cruce, asi como las diferencias existentes sobre el nombramiento de los barqueros. El incumplimiento de las condiciones del remate por parte de los últimos, ocasionaba las consiguientes reclamaciones de las anteiglesias, como cuando Getxo exigió a los arrendatarios, en 1788, el arreglo del barco, o, como en 1800, la paga de los reales estipulados. Otras veces eran los fiadores del beneficiario del arrendamiento los que demandaban al mismo el cumplimiento de las escrituras para evitar salir a su vez perjudicados por haber actuado como fiadores.

Este último caso fue el de los lejoneses José de Zuazo y Juan de Icaza, que promovieron autos, en 1778, contra Antonio de Meso, de Getxo, para que pagase el arriendo debido por la explotación del barco19.


1 6. AHEV-Berango: Finados, Libros 2-1, 5-3; En Bautizados, Libros 1-5, 7-1, y para los años 1846, 1848,
1849, 1852, 1853, y 1860, para los 101 bautizados en Berango en estos 6 años se recogen 6 padres
navegantes, aunque se apunta que 2 de ellos eran vecinos de Getxo-Algorta, y otro de Erandio.

1 7. De las 5 anteiglesias que instituyeron el barco, quedaron luego las tres citadas como propietarias,
tras hacer dejación de sus derechos Sopelana y Urdúliz. ADF-AMB (Archivo Municipal de Berango): Libro de
Cuentas Municipales 1751-1832, y AML (Archivo Municipal de Leioa): Negociado de Hacienda. Libro de
Elecciones 1731-1770. Las cantidades ingresadas por Berango de las rentas del barco de pasaje fueron
variadas: 106 reales en 1762; 100 en 1765; 220 reales en 1767; 120 en 1768; 600 reales en 1778;
405 en 1780; 525 reales en 1785..., etc.
18. ADF-AMB: Libro de Cuentas cit.; AHPV-Protocolos: Ochandategui, M., Leg. 4.401, fols. 210-213 (24-
XII-1812), para las tasas de peaje del barco de pasaje.; BASAÑEZ, J.: op.cit., pp. 24-25, para tasas de
1754 y litigio de ese año con Portugalete.
1 9. ADF-Corregimiento: Leg. 887, exp. 18 (29-VII-1712); Leg. 293, exp. 22 (22-VII-1788); Leg. 56, exp.
31 (24-V-1800); Leg. 453, exp. 10 (18-XII-1778).

http://hedatuz.euskomedia.org/2746/1/21455474.pdf

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