sábado, 19 de septiembre de 2009

PORTUGALETE, GENERACIÓN DE EXILIO

El acontecimiento más relevante del pasado siglo XX es sin lugar a dudas la guerra civil, periodo que marco a mas de una generación a lo largo de toda su vida.

Sobre la misma se ha conversado mucho, apareciendo por distintos medios, gran número de trabajos que han tocado diferentes facetas de este periodo bélico.

En esta entrada reproduzco una entrevista aparecida en Noticias de Gipuzkoa en su edición del 25 de Marzo de este año en la que se recoge el testimonio de la hija de una maestra donostiarra afincada en Portugalete tras su huida de Gipuzkoa y que posteriormente acompañó a los niños vascos en su exilio en Inglaterra.

Me parece interesante la noticia, insertando el enlace para todos aquellos que quieran leerla en su formato original.

su nombre no da pistas, pero su impecable americana londinense le delata. Es hijo de una de las niñas vascas evacuadas a Inglaterra que nunca regresó. Su madre, como el resto de los 4.000 menores que conformaban la expedición, embarcó pensando que volvería en unos meses. Pero no lo hizo. No volvió. Echó raíces y empezó una nueva vida, que ahora él relata con generosidad. Sentado sobre una de las mesas del hotel donostiarra en el que se aloja, Manuel Moreno, uno de los tres retoños que le deparó a ella aquella nueva andadura, no tiene problemas en repetir la historia de su madre. Cada detalle. Cada secreto confesable. Sabe, después de años de trabajo, que es la única manera de que no se olviden los hechos. La memoria, debe pensar, merece cualquier esfuerzo. O, al menos, el suyo.

Y no sólo el suyo. También, el de Carmen Kilner, hija de una de las 80 maestras que viajó en el mismo barco y que, como Manuel, forma parte de la asociación británica Basque Children of '37 , que estos días visita Gipuzkoa, precisamente, para dar a conocer aquellos hechos. "Fue uno de los grandes momentos humanitarios en la historia de Inglaterra, además del mayor contingente de refugiados llegado de una sola vez a Gran Bretaña y el único compuesto casi en su totalidad por niños", recalca Kilner, que lleva el apellido de su marido pero cuyo nombre de soltera, Carmen Sánchez González, no ofrece dudas respecto a su ascendencia.

El Principio.

Huida a Bizkaia.

Su madre, Ana María González Garate, fue una de las donostiarras que, ante la inminente entrada de las tropas franquistas en Gipuzkoa, emigró hacia Bizkaia cuando estalló la Guerra. Acompañada de dos hermanas y de su madre (su padre había fallecido cuando ella tenía doce años) y previo paso por Elgoibar para recoger a su abuela, se instaló en Portugalete, donde supo de la necesidad del Gobierno Vasco de incluir profesores en las expediciones de evacuación de menores. Y se apuntó. Sin ser consciente de ello ni poder imaginarlo, tomó una decisión que cambiaría para siempre su vida.

"Se ofreció voluntaria. Estaba en la casa de huérfanos de milicianos de Portugalete y se apuntó con los chavales, creyendo, posiblemente, que iría sólo para tres meses", explica su hija Carmen, mientras muestra la placa de maestra (la número 73) que identificó a su madre en aquel viaje y el documento original en el que, efectivamente, se especifica que el permiso de residencia en Inglaterra era por un trimestre.
El 21 de mayo de 1937, Ana María embarcó en el Habana rumbo al improvisado campamento de Eastleigh, en el sur de Inglaterra, con el resto de la expedición. Dejaba atrás unos últimos días de miedo e incertidumbre y afrontaba dos días penosos que, no obstante, la llevarían a un destino mejor. "Nunca quiso hablar -murió hace tres años- de las semanas anteriores a su partida, sólo decía que había visto bombas y que habían sido semanas difíciles, pero nada más. Eso sí, no tenía ningún problema para referirse a su primera estancia en Gran Bretaña, de la que más o menos guardaba buenos recuerdos, y al viaje. Éste, decía, había sido terrible, con vómitos por todas partes. De hecho, nunca más volvió a montar en un barco", recuerda su hija.

A su lado, Manuel asiente. Porque, probablemente, él haya escuchado relatos similares. Su madre, Salomé Moreno Oyarbide, una de las niñas de mayor edad de la expedición -contaba trece años-, pasó aquellas 48 horas de mar no muy lejos de Ana María. Huérfana también de padre (murió luchando con el bando republicano en la Batalla de Villarreal) y miembro de una familia de izquierdas, Salomé fue evacuada junto a dos hermanas aquel 21 de mayo. Y ya no hubo marcha atrás. En el campamento de Eastleigh comenzó su nueva etapa.

Punto de Encuentro.

El Hogar Español.

Tras una estancia de tres o cuatro meses en Eastleigh, la madre de Manuel fue enviada a Cambridge (a una de las colonias o casas que se instalaron por toda Gran Bretaña) y, después de algún tiempo -y tras evitar el proceso de repatriación iniciado por Franco-, acabó en Londres. Allí, con los años, conoció a su marido. Y se instaló para siempre. "Se juntó con mi padre en el Hogar Español. Él, natural de Madrid, había sido combatiente republicano y trabajaba como chófer para el ejército británico durante la Segunda Guerra Mundial. Años antes había sido retenido al cruzar la frontera catalana con Francia y enviado a un campo de concentración en Argelia (antes estuvo en otros), pero logró escapar y asentarse en Inglaterra. Y así le conoció a ella", detalla Manuel. Según comenta, aunque su padre siempre quiso regresar, nunca logró convencerla. Salvo visitas puntuales, sólo volvieron a vivir a España -tenían una casa en el Mediterráneo- siendo ya muy mayores.

En alguno de aquellos encuentros en el Hogar Español, quizás, sus padres se cruzaron con los de Carmen, que se conocieron en el mismo lugar. "Mi madre, que contaba con edad suficiente para elegir, había decidido quedarse en Inglaterra y, después de estar en una colonia de Carshalton a cargo de un grupo de niños (el Gobierno Vasco insistió en que permaneciesen en grupos para no perder su identidad nacional), se marchó a Londres. Y mi padre, que había viajado allí para recuperarse de una enfermedad y había colaborado con otra de las colonias en las que había niños españoles, regresó a la capital. En 1942 se conocieron. Y se quedaron", afirma Carmen.

La historia de su familia se entrelaza con el relato de Juan hasta el punto de que, a veces, parecen confundirse. Tras una hora en la que han vuelto a recordar las penurias del Habana , la desorganización de Eastleigh, la incomunicación de los 4.000 niños con sus casas (la toma franquista de Bilbao generó muchísima incertidumbre y preocupación) o la repatriación de la mayor parte de ellos, ambos se toman un respiro y se preparan para la próxima entrevista. Su objetivo no concede más descansos. El exilio vasco de Inglaterra fue real y, como tal, debe ser conocido.

http://www.noticiasdegipuzkoa.com/ediciones/2009/03/25/sociedad/gipuzkoa/d25gip8.1446634.php

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